La mujer que iba a morir no sabía que iba a morir

Rara avis  | Por Lucía Semedo


La mujer que iba a morir se llamaba Hortensia. Tenía los ojos oscuros y no hablaba nunca en voz alta. Sólo cuando la risa le llenaba la boca, se le escapaba un “Ay madre mía de mi vida” que aún no había aprendido a controlar, y lo repetía casi a gritos sujetándose el vientre. Se pasaba gran parte del día escribiendo en un cuaderno azul. Llevaba el cabello largo, anudado en una trenza que le recorría la espalda, y estaba embarazada de ocho meses.
Ya se había acostumbrado a hablar en voz baja, con esfuerzo, pero se había acostumbrado. Y había aprendido a no hacerse preguntas, a aceptar que la derrota se cuela en lo hondo, en lo más hondo, sin pedir permiso y sin dar explicaciones. Y tenía hambre, y frío, y le dolían las rodillas, pero no podía parar de reír.
Reía.
Reía porque Elvira, la más pequeña de sus compañeras, había rellenado un guante con garbanzos para hacer la cabeza de un títere, y el peso le impedía manipularlo. Pero no se rendía. Sus dedos diminutos luchaban con el guante de lana, y su voz, aflautada para la ocasión, acompañaba la pantomima para ahuyentar el miedo.
El miedo de Elvira. El miedo de Hortensia. El miedo de las mujeres que compartían la costumbre de hablar en voz baja. El miedo en sus voces. Y el miedo en sus ojos huidizos, para no ver la sangre. Para no ver el miedo, huidizo también, en los ojos de sus familiares.
Era día de visita.
La mujer que iba a morir no sabía que iba a morir.

Capítulo 1. La voz dormida


Portada del libro, por la editorial Alfaguara
A día de hoy no puedo recordar con exactitud cuándo fue la primera vez que oí hablar de La voz dormida, la novela de Dulce Chacón. Sé que la condición de extremeña de la escritora nos obligó  a prepararla para selectividad, por el “por si acaso”. Aun así, es un libro que nunca me vi motivada a leer, ya sea por la dura etapa de estudio que contempla el bachillerato o porque en mi oscuro pasado literario fui una ferviente consumidora de literatura juvenil y romántica. En cualquier caso, la aparición de la película me sorprendió bastante y el ver que todo el mundo hablaba tan bien de ella, me empujó a buscar el libro: soy de las que prefiere leerse primero la novela, aunque sea solo por comparar. Así que, una vez terminados los exámenes y masticando mi ansiada libertad, no lo dudé ni un momento y me puse con ello.

La novela narra la historia de una pequeña familia que, aunque no todos están atados por lazos de sangre, están unidos por una conexión mucho más fuerte: los ideales, la solidaridad y sobre todo, el miedo. Porque durante la Guerra Civil Española, el capítulo más sanguinario de la historia de nuestro país, el miedo estaba a la orden del día, encogiendo los estómagos y anudándose en las pestañas. Porque el enemigo estaba en todas partes, a veces en la ventana de enfrente, observando qué es lo que coses tan aprisa y si el morado, el rojo y el amarillo están entre los colores de tu costurero.

Hortensia, la mujer que va a morir, es una cordobesa afiliada al partido comunista, espera en la cárcel de las Ventas una sentencia. Está embarazada de Felipe que, como ella, forma parte activa de la guerrilla. Se aman en la distancia, porque es muy complicado mantener una relación cuando huyes de las represalias y luchas contra el sistema impuesto. Junto a Hortensia, rodeadas por otras miles de mujeres, destacan Tomasa, una extremeña de piel cetrina, testaruda y cabezona, que lleva en la cárcel más años de los que se pueden contar y que se niega a ponerle palabras al horror que vivió y Remedios, murciana de nacimiento, terriblemente ingenua, que sufrió en sus carnes la denuncia por parte de sus vecinos, aquellos a los que creía conocer tan bien. También está Elvirita, una niña de cabello rojo, alicantina, que canta mejor que Celia Gámez y que regala una sonrisa a todo el que puede. Es la hermana del Chaqueta Negra, un conocido guerrillero, íntimo amigo de Felipe. Detrás de ellas, otras muchas  “rojas” se hacinan en las Ventas, juzgadas por crímenes que no cometieron y manteniendo siempre presentes a los hermanos, los padres, los hijos, los amigos caídos. Recordando, cada día, como se llevaron de madrugada a 13 chicas a las que la historia bautizaría como “Las 13 rosas”, símbolo de la injusticia, de la muerte prematura, del dolor de las hermanas que no son hermanas, pero como si lo fueran.

Cartel promocional de la película, basada en la novela.
Pero la historia no termina ahí, y es que la guerra no es materia sencilla que tratar. Fuera de la cárcel, Pepita, la de los ojos imposibles, hermana de Hortensia, camina cada día a la prisión para encontrarse con ella. Alejada de cualquier postura política, no puede evitar servir de intermediaria entre Hortensia y Felipe y enfrentarse al miedo por sus seres queridos, amparada en la pensión de Doña Celia, que la cuida como si fuera su madre, y Don Fernando, un médico acomodado que decidió alejarse de la medicina en el mismo momento en el que vio brotar la sangre de los cuerpos en el campo de batalla y no sintió pena.

Dulce Chacón consigue tejer una novela íntima y compleja, poniéndoles voz a todos aquellos que lucharon sobre una causa justa, por defender sus ideales, más hondos que el propio corazón. Personajes cotidianos, cercanos, que bien podrían narrarnos las historias de nuestros abuelos pero, sobre todo, de nuestras abuelas. Porque La voz dormida habla por todas esas mujeres que fueron obligadas a callar, a arrodillarse, y, sobre todo, de todas aquellas que no lo hicieron. De la sangre derramada y de las heridas que se hacen más en el alma que en el cuerpo, de la espera, de la distancia, de las largas colas en el día de visita de la prisión, de madres que no reconocen a hijos e hijos que no reconocen a madres, porque las guerra los separó demasiado pronto. Mentiría si dijera que no he llorado a lágrima viva entre sus letras. Mentiría si dijera que no sufres con las muertes como si fueran de alguien a quien conoces de toda la vida. Mentiría si dijera que no sientes el desgaste de la resistencia sobe tu piel a medida que avanzan las páginas. Porque La voz dormida no va de guerra, no, sino de lucha. Y esos son conceptos que, normalmente, no sabemos distinguir.


Lucía Semedo (@luciasimonelle)

Érase una vez, un cuento al revés


 Cómo conocí a vuestro padre  | Por Inés Gómez 


Parece que últimamente se ha puesto de moda el tema de las historias infantiles.
Este año hemos tenido tres versiones distintas de Blancanieves, con unas reinas con bastante más encanto que las protagonistas, y el año pasado tuvimos una versión gótica de Caperucita con Amanda Seyfried haciendo el papel de niña encantadora y algo tétrica. Pero no he venido aquí para poner verde a Amanda o a la sosa de Kristen Stewart (aunque me encantaría) ni a quejarme por la vergonzosa etapa que está pasando Hollywood con sus actorcitos prefabricados. 
Vidas entremezcladas en dos mundos paralelos

Mi misión es hablaros de una serie que está arrasando en Estados Unidos y que habla de las insatisfechas vidas de un grupo de personajes de clase media que viven en un pueblecito cuquísimo de Nueva Inglaterra cerquita de Boston, donde, paralelamente, vive Emma, una especie de detective solitaria e independiente que pasa su día a día estafando a estafadores y cobrando por ello. 

Todo muy normal, hasta que una noche aparece en su casa Henrie, el hijo al que dio en adopción hace diez años, diciendo que la conoce y que debe ayudarle a convencer al pueblecito anteriormente mencionado, StoryBrooke, de que todos ellos son personajes de cuento en un mundo del que no se acuerdan.

Antes de que sigáis leyendo, he de deciros que a pesar del tono fantástico de la serie, es realmente entretenida y los actores son increíbles. Alguno, como Robert Carlyle (Rumpelstinsky) le aporta un toque de elegancia maquiavélica fascinante, y entre el elenco hay caras muy conocidas, como es el caso de "La embarazada” de Lost, Emilie De Ravin, que aquí borda el papel de Bella; o la siempre genial Ginnifer Goodwin (que ya encandiló a la crítica con La sonrisa de Mona Lisa) como maestra de escuela-alter ego de Blancanieves.
Caperucita enseña su faceta más "salvaje"

No puede faltar en la historia la malvada villana, la Evil Queen, que aquí es la alcaldesa e, irónicamente, madre adoptiva de Henrie, y que le pondrá las cosas muy difíciles a Emma.
Resulta gracioso que los protagonistas de los cuentos que nos contaban de pequeños aquí luchen por llegar a fin de mes o que tengan que lidiar con embarazos el último año de instituto, como es el caso de la pobre Cenicienta, a la que su “amor verdadero” ha dejado tirada al enterarse de que va a tener un bebé. 
Y no hablemos de Caperucita, camarera con pintas de stripper que se pasa el día discutiendo con su abuela y tonteando con todo el que pasa. Y todo esto mientras el príncipe azul está en coma por un accidente. 

Habrá que esperar a que despierte para averiguar como acaba esta historia. Yo ya he visto la temporada entera, y solo me queda decir que estoy ansiosa por ver cómo termina este remix de cuento de hadas y por descubrir qué esconde cada uno, porque en este pueblo, nada es lo que parece.


Inés Gómez (@inesgomezduran)

Veranos, bandas y música


Bastantes cosas han ocurrido este verano. Situaciones económicas aparte, más es la gente que ha optado por quedarse en su ciudad de residencia para poder ahorrar. Una vez ahí, hay un recurso que gracias al cielo, de momento no nos falta: la familia y los amigos. Dejando de lado la ñoñería, pensamos “Vale, ¿y qué hago el resto del verano con mi querida familia y amigos?”. El cine. Y es que el cine siempre es una buena opción. Porque aunque no nos dejen de llegar grandes meteduras de patas con ese tufillo a “vende-rápido-y-fácil”, también hemos podido disfrutar este año de grandes superproducciones que realmente merecía la pena ver.

No obstante, este querido espacio del blog se dedica principalmente a la música, así que esta vez, os voy a regalar un repasillo a 3 bandas sonoras que, dejando a un lado su película, tienen cierto gusto musical. O como mínimo, no hacen daño a los oídos. Seguro que muchos han visto tal o cual película este verano y han salido pensando “¡Dios mío, que pedazo de película, si hasta sonaba genial!”. Y es que en los últimos tiempos parece que podemos ir dejando de lado (con muchísimo respeto, eso sí) a los John Williams, Ennio Morricone o, uno de mis favoritos de todos los tiempos, Howard Shore. Ahora tenemos, ya desde hace algún tiempo, a unos magníficos Hans Zimmer o Danny Elfman, que han demostrado que se puede hacer música diferente con una orquesta sinfónica y que quede a la perfección. Se queda fuera del primero nombrado, por cierto, la genial composición para Sherlock Holmes, tanto en su primera entrega como en la segunda.

He dudado mucho acerca de cómo ordenar estas tres bandas sonoras, más que nada por el hecho de que sé que me lloverán tomates por haberme saltado tal o cual favorita. Así que he optado por un criterio de temporalidad, y me he centrado en lo que ha sido, desde esta primavera, hasta ahora (llorad un poco, que se puede decir que es el final del verano…) han sido algunas de las más acertadas bandas sonoras que podéis encontrar.

      Battleship

¡Dios mío! Voy a esperar a que me paren de pitar los oídos y que dejéis de soltar tacos, para recordaros que no me estoy centrando en la…ehm…ligeramente descafeinada versión del juego Hundir la flota, si no en su banda sonora. Y es que siguiendo la estela de un Jon Favreau, que con Iron Man ha hecho sonar la campana por partida doble, logrando unos filmes muy buenos con música de AC/DC; parece que el director de este desquiciado blockbuster tuvo el buen tino de elegir su música entre los grandes: ZZ Top, Band of Horses, AC/DC (cómo no), y por último, un clásico al que no me he podido resistir y que es el famoso tema Fortunate Son, de los Creedence Clearwater Revival.  A disfrutar.



 Los Vengadores

Bueno, me parece que ahora los silbidos están disminuyendo en parte, ¿no es así? Y es que al filme de Joss Whedon parece que no le falta prácticamente de nada. Tanto es así, que su soundtrack incluye canciones de lo mejorcito de la década: desde Papa Roach, pasando por Soundgarden, con un sonido más punk como Rise Against, o incluso unos  polémicos Kasabian. Pero yo, egoísta como siempre, me he centrado en un grupo relativamente desconocido, y es que apenas llevan unos años de rodaje en la escena musical: se llaman Cherri Bomb, y antes de que nadie se confunda con The Runaways, os diré que es un grupo formado (tal y como suena) por quinceañeras estadounidenses que saben hacer buena música. Las recomiendo en todos los sentidos. Os dejo con su Shake The Ground.


El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace

De una forma o de otra, todo el mundo ha oído hablar de este peliculón. Sin duda ha habido polémica, críticas y hasta voces clamando al cielo. Pero la verdad es que yo recuerdo el 20 de julio (fecha de su estreno mundial) como un día maravilloso. Todo el respeto para las víctimas sin sentido de la matanza de Denver.

Una película impresionante donde entra uno de los que mencionaba en el principio de este artículo: Hans Zimmer. El compositor alemán se ha lucido en la franquicia de Cristopher Nolan, logrando un sonido que ya en la segunda entrega era capaz de ponernos en tensión cada vez que el Joker sacaba su cuchilla y empezaba a contar la historia de cómo se hizo sus cicatrices. En la tercera entrega del caballero enmascarado de Gotham, ha realzado sus virtudes; tal vez no haya innovado demasiado con respecto a las otras entregas, pero viendo y oyendo el resultado, ¿a quién le importa? Después de mucho debatir conmigo mismo, os dejo con lo que tal vez sea el leitmotiv más característico de las tres entregas: ese grandioso sonido de un trombón de varas haciendo vibrar nuestros asientos y poniéndonos la piel de gallina. Una maravilla.

Y una última de regalo: Brave (Indomable)

Y es que aunque iban a ser sólo tres, no he podido resistirme a poner a esta adorable princesa pelirroja de corazón valiente. El último filme de Disney, y el primero en bastante tiempo en tener a una mujer como completa protagonista. Y han logrado una banda sonora absolutamente deliciosa, como sólo saben hacerlo en el Castillo Azul.

Y con todos los respetos a nuestra querida Russian Red, que ha sido la encargada de doblar las canciones con voz al español, he decir que he caído en las redes de Patrick Doyle y de la bellísima voz de Julie Fowlis, una escocesa con una capacidad mágica para introducirnos en la película. Me despido con esta canción. Recordad que podéis sugerirme otras bandas sonoras que os hayan gustado  por mi Twitter

Buscando al Maradona de los e-Sports desesperadamente


 
Mucho se ha hablado ya en foros y debates a través de Twitch de cómo debe ser un formato de torneo de Starcraft o de LoL, de qué elementos tiene que tener un buen caster o lo mucho que ha alterado este u otro parche el metagame del juego.

Es cierto que no podemos olvidarnos nunca de los orígenes de lo que estamos hablando, y que a pesar de todas las vueltas que queramos buscarle, lo importante es el juego, y al igual que hablamos del árbitro en el Fútbol o de salidas nulas del Atletismo, debemos hacer el juego igualitario para cada jugador de este.

De acuerdo, el juego debe ser la razón de ser de cada emisión y debe representar el grueso televisivo de cada campeonato, pero no olvidemos que estamos en televisión, emitamos por Own3d o por CBS, y que si queremos que esto funcione debe interesarle más que a nuestras madres y a nuestros fans.

Los e-Sports tienen la capacidad de aglutinar todo un factor generacional cómo es el videojuego y concentrar a miles, y dentro de poco millones de aficionados, alrededor de una pantalla a ver algo tan complejo y sencillo cómo es una partida, una partida que no estás jugando, y quiero recalcar esto último porque me parece el detalle dónde tenemos que fijarnos, ya que es la única cuestión en la que hoy en día se parecen la NBA y la MLG , por poner un símil.

Es decir ambos retransmiten una actividad que cualquiera, salvando las distancias técnicas obvias, podría hacer de una forma parecida por relativamente poco dinero. Entonces la pregunta es sencilla, ¿Por qué la NBA la ven 6,2 millones de espectadores y la MLG de Anaheim "solo" tuvo 500.000? Vosotros diréis que es porque si comparamos el tiempo que lleva uno y otro, y le sumamos el factor monetario tenemos una ecuación completa. Si, pero no.

La clave está en le empatización del espectador con el juego y con el show.

Pongo otro ejemplo, el fútbol y el fuera de juego. Es mítico el caso de cualquier aficionado intentando explicar a su abuela, amigo geek, o mejor amiga algo tan complejo de entender para un neófito cómo es el offside. El aficionado al fútbol lo entiende, obvio lleva años y años jugando al fútbol o viendo partidos cada día de la semana, ¿ Es la repetición de ese contenido cada día de la semana en Televisión, un factor clave para que nuestro aficionado se enfade si estos simpáticos individuos no entienden lo que es un fuera de juego? Otra vez sí, pero no.


 
Una persona no ve algo solo por el mero hecho de que lo echen por la caja tonta, de ser así nunca se producirían cancelaciones y Pilar Rubio seguiría en la televisión.
Una vez mas volvemos a la identificación sentimental con el jugador, con el programa y con el canal por dónde se emite ese contenido.
Esto no es nuevo, Maradona era un gran jugador pero gracias a que el público empatizaba con él, con su actitud, con su pasado humilde y con dosis de polémica, llegó a ser elevado a la categoría de astro futbolístico, tan celestial que tiene su propia de religión.

Con esto y empleando a "El Pelusa" cómo ejemplo quiero decir que necesitamos a un buen jugador que explote las virtudes del juego y qué además tenga ese factor diferencial que haga que apetezca verlo por televisión, que apetezca pagar por él o lo que se dice en este sector "que te llene la pantalla", entonces habremos empezado el camino del éxito para la casualización del e-Sports y habremos generado un negocio a escala global y una forma de entrenimiento que tiene todas las papeletas para ser el próximo fenómeno de masas a nivel planetario.

Y no vengáis con aquello de que el fútbol está mas extendido que los videojuegos, que desde que salió Mario Bros quién más o quién menos se maneja con un mando, una cosa que por cierto empieza a ser innata. Pero de esto hablaremos en el próximo artículo.

 

Eduardo Yuguero (@eduyuguero)

Welcome to the suburbs, welcome to Suburgatory


Cómo conocí a vuestro padre  | Por Inés Gómez

El último anuncio de Aquarius habla de pueblos.
Levy y Sisto, los cabezas de cartel.
Zonas rurales perdidas por mesetas varias de la Península, habitadas por viejecitos con bastón y abuelitas que hacen fabada a los nietos; fiestas con verbenas al son de calimocho y pasodobles e incluso ovejas paseándose a sus anchas por ahí ( comprobado por una servidora). 
“Vamos a unir a personas que necesitan pueblos, con pueblos que necesitan personas” o algo del estilo es lo que propone el spot, o más o menos cómo evitar que la gente se estrese internándola en los más recónditos parajes de la geografía española. Como habitante de pueblo, he de confesar que si yo viviese en una ciudad y me obligasen a hacer lo que dicen los de Aquarius me tiraría por un balcón: una vez que nos aburguesamos y nos convertimos en seres cosmopolitas es mucho más difícil hacerse a la vida silvestre, por bucólica que sea.
Y quién dice pueblo en España, dice “urbanizaciones snobs” en Estados Unidos, que viene a ser lo mismo, solo que con banderitas con estrellas y “Apple Pie”, como es el caso de Suburgatory

El cartel promocional de la serie
Tessa Altman (Jane Levy) saca buenas notas, es inteligente, educada y tiene una relación fantástica con su padre, George (Jeremy Sisto).

Tiene una vida ideal en Manhattan (el normal, no el de los niños pijos del Gossip Girl) y le encanta vivir entre el ruido y los atascos de la Gran Manzana. Por desgracia para ella, su padre descubre una caja de condones en su cómoda, y en un ataque de locura decide hacer las maletas y largarse con su niña a una zona residencial de los suburbios, dónde espera alejarla de las malas influencias.

La misma zona  a lo Stepford mezclado con “Mujeres Desesperadas” solo que sin Eva Longoria y con muchas, MUCHÍSIMAS Barbies con más silicona que cerebro, amantes de la superficialidad y las apariencias, y obsesionadas con convertir a Tessa en una de ellas mientras que ligan con el irresistible padre soltero.

Tessa Altman, la "protagonista inconformista"
He de decir, que para ser un sitcom de veinte minutos, es una serie muy fresca, con un sentido del humor muy inteligente y sobre todo, que engancha. Las actuaciones de los protagonistas principales son geniales, al igual que la de Cheryl Hines, como madre interesada en ligar con George, la siempre afectadísima Allie Grant, que se muere de vergüenza ( y con razón ) gracias a su madre, interpretada por Ana Gasteyer, una mujer obsesiva que trata de convertirse en la nueva madre de la protagonista y que tendrá varios desencuentros con George, o el mejor amigo de este y el que a su vez lo meterá en varios líos, el simpático Noah, interpretado por Alan Tudyk.
 Es una auténtica crítica a la sociedad americana, aún cuando a veces se sobreexceda en la utilización de estereotipos y clichés. De vez en cuando tiene sus toques sentimentales, y es muy fácil sentir empatía por la pobre Tessa, que resulta ser la responsable de la familia, convirtiendo a su padre en una figura más tirando a la amistad que a la paternidad, tal y cómo vienen haciendo series como Las Chicas Gilmore o Castle.


En resumidas cuentas, para estas calurosas siestas estivales, es más que recomendables. Así que ya sabéis, tanto si estáis en la ciudad cómo si estáis en el pueblo…”Welcome to the suburbs. Welcome to the Purgatory”


Inés Gómez (@inesgomezduran)

Dexter, el oscuro pasajero

Rara Avis  | Por Lucía Semedo

“Me sentí mucho mejor. Siempre me sucedía después. Matar me hace sentir bien. Desata los nudos de los oscuros meandros del querido Dexter. Es como una dulce liberación, un escape necesario de todas las pequeñas válvulas hidráulicas que hay dentro. Me gusta mi trabajo. Lamento que esto pueda molestarles. Lo lamento mucho, de verdad. Pero así es. Y no se trata de matar de cualquier manera, no. Tiene que hacerse en el momento adecuado, del modo adecuado y con el compañero adecuado: complejo, pero imprescindible.

Y siempre resulta un poco agotador. Estaba cansado, pero la tensión de la semana anterior había desaparecido: la fría voz del Oscuro Pasajero se había callado, y podía volver a ser yo mismo. Dexter el raro, el curioso, feliz y afortunado, muerto por dentro. Ya no era Dexter el del cuchillo, Dexter el Vengador. No, hasta la próxima.”

                                                                                            
                                                                               Capítulo 2. Dexter, el oscuro pasajero

 

Michael C. Hall, actor que interpreta a Dexter
Tuve la brillante idea de regalar este libro por el día de Sant Jordi y gustó. Gustó mucho, tanto que no pude evitar echarle un ojo, a ver qué tal. El resultado fue que me enganché de tal manera que me ha costado menos de una semana leerlo.
Quizás sea porque estaba buscando un libro frío, meticuloso y en el que no hubiera ni pizca de historias de amor, pero la manera en la que Lindsay narra, siempre en primera persona, los pensamientos más oscuros de un hombre aparentemente corriente que oculta al mundo su terrible realidad, su oscuro pasajero.

Dexter Morgan es, aparentemente, un hombre totalmente normal. Es atractivo y encantador, vive en una ciudad que le gusta, tiene una relación con una mujer agradable, es un apoyo para su hermana Deb, tiene un trabajo que le apasiona como forense para la policía, un piso cómodo y moderno y unos modales y saber estar que parecen envidiables. Es, a fin de cuentas, el perfecto caballero. Sin embargo, dentro de él hay algo perturbador, algo que le hace estar seguro de que, realmente, no es un ser humano. Con tendencias psicopáticas y sociópatas, Dexter carece de sentimientos y no tiene ningún tipo de percepción de la realidad ajena. Por si fuera poco, necesita liberar de vez en cuando a su oscuro pasajero, una fuerza incipiente que arde en su interior y le empuja a cometer los más oscuros crímenes, con los que disfruta enormemente. Sin embargo, Dexter no es un loco y no comete sus asesinatos al azar. Desde pequeño fue consciente de su situación y adoctrinado por su padre, un policía retirado, puso su inteligencia y su capacidad para matar al servicio de la sociedad: se encarga de eliminar a los delincuentes y asesinos más despiadados. Desde pedófilos hasta violadores, nuestro protagonista sacia su sed de sangre encargándose de eliminar a lo peor de la ciudad en la que vive.

Foto promocional de la serie Dexter, basada en los libros de Lindsay
En este libro, el primero de la serie, Dexter se propone ayudar a su hermana Deb, que es policía, a resolver una serie de peculiares asesinatos. Pero pronto la cosa se va de madre y termina siendo la lucha entre dos asesinos por saber cuál de los dos es el mejor; Dexter descubre en el otro asesino una fuente de admiración e inspiración y no puede negarse a seguirle el juego.
 
 
No se si ha sido porque últimamente tengo muchas ganas de leer novelas policiacas y tramas de intriga y sangre, porque los relatos en primera persona me llenan mucho o porque Dexter me ha recordado terriblemente a un Alex (de la Naranja Mecánica) adulto, más racional y algo menos salvaje. El caso es que he devorado este libro a toda velocidad y he terminado con ganas de más.
 
 
Una historia rápida, adictiva y original, un recorrido por el lado más oscuro de un sociópata dispuesto a hacer del mundo un lugar mejor a su oscura, Lindsay ha logrado recrear a un justiciero  despiadado, poderoso, un asesino al que no nos importaría tener de vecino. Siempre y cuando no tuviéramos nada que ocultar, claro.
 
 
Si bien Dexter es el único personaje que verdaderamente merece la pena por sus peculiaridades, se puede omitir la a veces excesiva torpeza del resto de los equipos policiales, porque lo que te acaba interesando es saber cuál va a ser el próximo movimiento. Y es que, a la larga, te olvidas de los crímenes, de la sangre y de lo que todo ello representa; la lectura se vuelve una intensa partida de ajedrez en la que no sabes quién conviene que gane.
 
Muy recomendable para los fans de series policíacas y de misterio con un toque algo más informal, tipo Mentes Criminales o Castle, y lectores aficionados a la literatura rápida e intensa, las dobles vidas y la sangre. O la ausencia de ella. 


Lucía Semedo (@luciasimonelle)

5 canciones que has de escuchar si...


¡Tu verano acaba de comenzar! Y es que el equipo entero de cultuzona ha estado hasta arriba de exámenes, trabajos y demás mandangas que acaban agotando a cualquiera. Así que por fin un servidor tiene tiempo para sentarse y hacer algo que no sea repasar, sino dedicar un rato a pensar en las 5 canciones que creo que son imprescindibles para empezar de buen rollito el verano. Aunque hay mucha gente que ya llevaba su tiempo de descanso y relax, no creo que esté de sobra escuchar 5 canciones que levantarán el ánimo a cualquiera. Y es que son 5 canciones que ya sea para escuchar en la piscina, con la novia, o con los amigos, o en esas idílicas noches de verano con una brisa fresquita, en esa carretera o ese banco que solo tú conoces; son 5 canciones que merece la pena escuchar.

Algunas fueron super éxitos de ventas en su día, otras no tuvieron alcance que debieran tener, pero si crees que tenéis una lista mejor, o crees que me he dejado algo fundamental para pasar un buen comienzo de verano, ¡no dudes en escribirme a mi twitter! No soy el mayor experto musical de la historia del mundo mundial (aunque según mi abuela, sí el más guapo) así que indudablemente, tendréis sugerencias y puede que hasta alguna buena idea (dos puntos y una “d” mayúscula).

1. Con un panorama musical sobresaturado de vende-fácil-rápido-pegadizo-yatusabes-dale, creo que es importante empezar… Con calma. Y es que en una noche estrellada, con la brisa en el rostro y esa persona especial a tu lado (sí, me sale el azúcar por las orejas), una noche de verano es el mejor momento para recordar que somos vuestros/as…O para sencillamente disfrutar de ese reggae-pop sencillo y melodioso del mejor Jason Mraz en el momento de alcanzar el estrellato. Estoy hablando de su I’m yours. A disfrutar. 



2. Subimos un poco el nivel de “buenrollismo”, y vamos a un tema reinterpretado hasta la saciedad, pero que no por ello ni por lo años pierde fuerza ni ganas de poner en pie a todo el mundo y saltar a bailar. Y es que Aretha Franklin es muuuuucha mujer. Y si está acompañada de los Blues Brothers, es que se juntan el hambre con las ganas de comer…Buena música. Si después de escuchar esto no tienes ganas de comerte el mundo… Bueno chico, el negocio de los audífonos sigue en auge. 





3. Bajamos el tempo pero aumentamos la caña con el supergrupo formado por el batería Chad Smith (Red Hot Chili Peppers) el vocalista Sammy Hagar (ex-Van Halen, y Montrose), el bajista Michael Anthony (también ex Van Halen) y el guitarrista Joe Satriani. A cualquiera que le suenen esos nombres ya se habrá hecho a la idea de por dónde van los tiros, y es que estoy hablando de Chickenfoot. Y con su enérgico hard-rock, nos traen una cosita dulce…




4. Muy criticados por unos y amados a muerte por sus fans, los canadienses Nickelback nunca se han desviado de esa mezcla de hard rock con toques sureños que tanto ha caracterizado siempre sus composiciones. Y es que cuando a uno de estos muchachos le das una guitarra acústica y se la mezcla con algo más potente, te salen canciones tan pegadizas como este This Afternoon, que dejando críticas al grupo aparte, más de uno tendrá que reconocer que siente identificado con la escena que nos pintan.





5. Para cerrar con mucha potencia, y como personalmente estoy hasta las narices de esos mega hits que pretenden hacernos bailar al ritmo que ellos tocan, os proponga la historia algo diferente de Fall Out Boy, que suben la moral a cualquiera con su tremendo Dance, dance. ¡A bailar!










Jorge Martín (@JooorgeMT)

ODA AL REY DEL POP

Barco a Venus | Por Laura Marcos


Se cumplen de tres años desde que el trono del pop se vació. Tres años desde que Michael Jackson nos dejó para siempre. Michael fallecía un 25 de junio a los 50 años de edad, si bien es una edad madura, no es un momento corriente para morir, y existen casos parecidos en los que el artista se marcha ‘antes de tiempo’.

Curioso el caso del Club de los 27, un grupo de jóvenes influyentes de la música que murieron todos a la edad de 27 años, tales como Kurt Cobain, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim MorrisonJohn Lennon fue el Beatle más joven en morir, asesinado a los 40 años; Bob Marley se marchó tras una nube de humo a los 36, como Marilyn, a la misma edad; hace nada Whitney Houston nos dejaba a los 48 años, así como Donna Summer, que hacía lo propio a los 63.

El cantante Michael Jackson vestido para
su videoclip Thriller (1982).
Pues el caso Jackson no es distinto. Ya al margen de las causas, ya sean las drogas, asesinato o enfermedad, su muerte a los 50 años de edad pone en evidencia esta ‘tendencia’, como si las grandes figuras del mundo del espectáculo tuvieran que irse en lo alto de sus vidas; en la cima de su carrera, sin permitir que su cuerpo se marchite con la vejez, como si pretendieran ser eternos. Se marchan con sus talentos y bellezas intactas, como si fueran de otro planeta y tuvieran que volver ya, porque los terrícolas comenzaríamos a sospechar, después de habernos regalado su arte.

Circulan muchas teorías acerca de la vida de Michael Jackson. Una actitud reticente hacia el sexo (se dice que rechazó a mujeres bellísimas, como Brooke Shields o la mismísima Madonna) le ha tachado de extravagante. No estuvo de menos la polémica con respecto a su color de piel, siendo tachado de racista tras su intervención quirúrgica, que le traspasó de afroamericano a caucásico. Además, por la estrechez de relación que mantenía con la población joven con respecto a otros adultos, incluso se le acusó formalmente de pederastia.

Pero tal vez las razones de tales acusaciones se deban a un carácter peculiar de su personalidad, la de un niño que nunca se hizo mayor. Tras una infancia delicada, en la que ya sufrió las desventuras y el duro trabajo del mundo del espectáculo, demasiado para un niño como él, dejo tras de sí una marca imborrable, una necesidad de haber vivido lo que no vivió a la edad adecuada, una infancia truncada. De ahí su pasión por tener hijos y su magnífica mansión a lo castillo de Disney, como lo era el rancho Neverland.

En todo caso, fue un artista de un talento intachable. Poseía esa capacidad magnética de hechizar al público. Tenía lo que todo cantante desea tener: una voz única e inconfundible, con personalidad; un físico atlético y un bagaje de movimientos propios que ese cuerpo le permitía realizar; un look que ha creado tendencia. Musicalmente, la fusión de estilos tampoco dejaba indiferente. Todo ello permitía, muy fácilmente, que entrara en la historia, calando en la música y marcando un antes y un después.

Al margen de las teorías que circulan respecto a su persona, es innegable que su filosofía de vida queda reflejada en sus letras. Una actitud de superación, invencible; una macabra y
divertida noche de thriller; o un mensaje de paz e igualdad con Black or White (si da lo mismo el color de piel, qué importa que quisiera ser blanco o negro).

Se marchaba hace tres años uno más de los grandes, de los que nunca morirán porque ya son historia de la humanidad. Sólo queda intentar curar la herida de los corazones rotos que dejó tras su marcha (“don’t go around breaking young girl’s hearts”).




Laura Marcos (@lauramarcosm)

DÍA MUNDIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE


Rara Avis | Por Lucía Semedo


Como en Cultuzona somos gente seria a la que le gusta estar al día no podemos saltarnos ni una celebración ni una fecha señalada. Mucho menos si es algo importante de verdad. Y es que en estos tiempos que corren, mentando a más de una abuelita sabia, parece que nos hemos olvidado de lo realmente importante.

¿Podemos catalogar la infinidad de cosas a las que tenemos acceso ahora como imprescindibles o innecesarias? Pues hombre, no, eso es algo demasiado complicado. Cada cual tiene sus necesidades y su estilo de vida y eso es siempre respetable. Sin embargo, sí que podemos afirmar que hay una serie de aspectos de nuestra vida que son esenciales y que, tristemente, en muchos casos no dependen únicamente de nosotros. Y la salud, sin duda alguna, es uno de lo más importantes.
Logotipo oficial para el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple

El pasado 30 de mayo fue el día mundial de la esclerosis múltiple y por ello queremos hacer un pequeño homenaje a todos los que luchan contra esta enfermedad, dedicándoles una líneas para dar a conoces su situación, como viven y a qué se enfrentan cada día.

La esclerosis múltiple es una enfermedad que consiste en la aparición de una serie de lesiones crónicas en el sistema nervioso central. Estas lesiones se producen por la desmielinización, que es un proceso por el cual las capas de mielina (una proteína que recubre las neuronas) se van “estropeando”. Estas capas de proteínas son esenciales porque su fin es hacer que el impulso nervioso que recorre la neurona llegue más rápido a su destino. Es precisamente ese impulso el que nos envía la “orden” desde el cerebro a cualquier parte de nuestro cuerpo para realizar cualquier acción; así, a menos cantidad de mielina en las neuronas, más tardará el cuerpo en realizar el movimiento. La mayoría de los casos se presentan cuando los pacientes tienen entre 20 y 40 años.

La consecuencia de este desgaste acelerado de la mielina es la reducción de la movilidad que puede llegar a una invalidez severa en los casos más graves. Aun así, hay que destacar que menos del 10% de los enfermos mueren por las complicaciones que este trastorno les produce.

Cartel de Kukuxumuxu para la iniciativa: ¡Mójate por la esclerosis
múltiple!
(2010)
La esclerosis múltiple no es una enfermedad mortal, pero eso no debe restarle importancia. Hay que tener en cuenta las dificultades a las que una persona con movilidad reducida (sea por la causa que sea) se enfrenta en su día a día. Y es que, además, es la segunda enfermedad neurológica que más afecta a los adultos jóvenes (tras la epilepsia) y la causa más frecuente de parálisis en los países occidentales. El principal problema es que, a día de hoy, aun no se sabe a ciencia cierta qué es lo que la produce, aunque se relaciona estrechamente con mecanismos autoinmunes. Por suerte, aunque no existe una cura total, la medicación empleada es muy eficaz para casi todos los tipos que pueden manifestarse tanto en forma de brotes o lentamente a lo largo del tiempo.

Desde Cultuzona no podemos dejar de mostrar nuestro apoyo a todos aquellos que sufren, ya sea de manera directa o indirecta, por esta enfermedad. Pero es poco lo que podemos hacer así que hemos pensado que mucho mejor que os lo expliquen ellos; aquí os dejamos un enlace a la web de la FELEM, la Federación Española para la Lucha contra la Esclerosis Múltiple, donde podéis encontrar desde noticias relacionadas con esta enfermedad hasta avances en investigación, actividades y campañas de apoyo. Porque todos podemos aportar nuestro pequeño granito de arena, aun sin saberlo.


Lucía Semedo (@LuciaSimonelle)

DE CUANDO ÉRAMOS LIBRES

El escalón de mi escalera | Por Ana Esther Méndez


Esta mañana he optado por reorganizar mi habitación. Ya sabes, en exámenes, de todo menos estudiar. Entre coletazo y coletazo de bayeta, he terminado por tropezar con mis libros. Una pequeña estantería de color ocre de pseudomadera –no la toques si quieres suerte- a la que he terminado por atrofiar con el peso de tanto papel. Tras meterles algo de mano, decidí continuar con mi tarea de chacha creativa, reinstalando los objetos a la vez que los iba encontrando desperdigados por cualquier rincón del cuarto. 


¿Eres de los que se ciñen a una primera lectura? ¿O sabes leer entre líneas?
No mucho más tarde, mi tosco tercer brazo –también llamado escoba- propinó un golpe seco a lo que era una montaña de revistas, que terminó por transformarse en un pantano de papel que cubría todo el piso, lapidando a las baldosas. De forma inevitable, centré mi vista en la página por la que se había abierto la revista más cercana. Una Cosmopolitan de hace un par de meses que seleccionaba en la susodicha hoja ‘los libros más fantásticos que nos hechizarán este mes’. Cuando lees este tipo de cosas no puedes evitar sonreír. Tomas del suelo otro ejemplar, en este caso una ELLE del mes pasado, y te encuentras con que se realizan las mismas recomendaciones para ser la chica más ‘in’ del momento. Viajes, moda, música, libros, cine… Cultura en general que termina por repetirse más que la morcilla, como dicen por ahí. Meine Damen und Herren¿Hasta qué punto de cínica libertad estamos llegando? Nos enseñan a vestirnos, nos enseñan qué leer, nos enseñan qué tendencias tenemos que seguir para estar a la moda… Y terminamos por ser las ovejas de un pastor desconocido. Caemos en la religión de la indiferencia.  Y de la comodidad de lo masticado y regurgitado.

Realmente esta transgresión del siglo XXI ya está inventada. La crearon en los años ’50, ’60, ’70 y ’80. Una época en la que una mujer fumadora estaba mal vista. Una época de guerra, penurias y hambre, en la que se sentía lo que se hacía y todo era una muestra de verdadera protesta. Ahora, en nuestro momento, imitamos ese tipo de conductas queriendo parecer el Kurt Cobain del arrabal. Colocarse un porrito en los labios mientras entonas cualquier tipo de canción indie y la acompañas de los acordes mal avenidos de tu guitarra y cuatro tatuajes carentes de significado… No es ser original, no es ser diferente, no es transgredir. La culpa no es del todo nuestra; por un lado, no es momento para rebelarse de este modo. Pero por otro, sí lo es. Nos estamos equivocando de camino. Hay que cambiar las tornas y darle un giro a nuestra conducta.Terminamos por ser unos niños de papá malcriados que visten ropas harapientas mientras whatsappean con su iPhone. Acudimos a movimientos de masas vacíos de significado. Terminamos por ser escombros de una vida que ni siquiera nos pertenece.

Las posibilidades de conocimiento que nos oferta este nuevo siglo son
inconmensurables. ¿Sabes sacarles partido?
¿Qué es ser original y libre en el siglo XXI? Desligarse de lo que nos cuentan, pero no ignorarlo. Recoger del suelo la Vogue, la Rolling Stone o La Vanguardia, leerlas, cerrarlas y moverse más allá. Recorrerse las librerías buscando libros que vayan mucho más lejos de las recomendaciones de los demás, que siempre terminan por ser los mismos. Descubrir nuevos recodos, nuevas fronteras, nuevas formas y lugares de información. Buscar por nosotros mismos. Ser libre no es consultar nuestro Time Line en Twitter. Ser libre, es añadir una tarea más a nuestra corta lista de quehaceres: indagar.

Los bestseller y las marcas están muy bien. Pero de vez en cuando conviene adentrarse en las profundidades de un mercadillo, que tal vez de primeras nos agobie, pero más adelante nos enseñará tesoros por descubrir. Porque en eso consiste la originalidad en el siglo XXI. En ser pirata de aguas desconocidas, en ser curioso, en superar el overbooking vital en el que nos vemos sumidos. En no agachar la cabeza, y en caminar. No quedarnos en el apeadero esperando a que llegue el próximo tren con la nueva tendencia.

Nos falta ingenio y nos sobra egolatría. ¿Quién se esfuerza como lo hicieron nuestros abuelos? Nadie. No conocemos lo que es el trabajo duro, el verdadero pensar. Todo el mundo opina, pero muy pocos razonan. No todo está inventado. Nos falta despertar del letargo intelectual en el que nos encontramos sumidos. Ya no somos pensadores bisoños. Esa etapa la dejamos aparcada en un pupitre. Y ahí ya no te caben las piernas. Ahora somos víctimas de nuestra propia comodidad, de nosotros mismos. Pero no somos tontos. Resetea tus neuronas y plantéate… Si eres un sujeto activo… O pasivo. Y si eliges lo segundo…


La incomodidad del pupitre terminará por agarrotarte. Ya no te caben las piernas.
Sapere aude!




Ana Esther Méndez (@hormonada)