Érase una vez, un cuento al revés


 Cómo conocí a vuestro padre  | Por Inés Gómez 


Parece que últimamente se ha puesto de moda el tema de las historias infantiles.
Este año hemos tenido tres versiones distintas de Blancanieves, con unas reinas con bastante más encanto que las protagonistas, y el año pasado tuvimos una versión gótica de Caperucita con Amanda Seyfried haciendo el papel de niña encantadora y algo tétrica. Pero no he venido aquí para poner verde a Amanda o a la sosa de Kristen Stewart (aunque me encantaría) ni a quejarme por la vergonzosa etapa que está pasando Hollywood con sus actorcitos prefabricados. 
Vidas entremezcladas en dos mundos paralelos

Mi misión es hablaros de una serie que está arrasando en Estados Unidos y que habla de las insatisfechas vidas de un grupo de personajes de clase media que viven en un pueblecito cuquísimo de Nueva Inglaterra cerquita de Boston, donde, paralelamente, vive Emma, una especie de detective solitaria e independiente que pasa su día a día estafando a estafadores y cobrando por ello. 

Todo muy normal, hasta que una noche aparece en su casa Henrie, el hijo al que dio en adopción hace diez años, diciendo que la conoce y que debe ayudarle a convencer al pueblecito anteriormente mencionado, StoryBrooke, de que todos ellos son personajes de cuento en un mundo del que no se acuerdan.

Antes de que sigáis leyendo, he de deciros que a pesar del tono fantástico de la serie, es realmente entretenida y los actores son increíbles. Alguno, como Robert Carlyle (Rumpelstinsky) le aporta un toque de elegancia maquiavélica fascinante, y entre el elenco hay caras muy conocidas, como es el caso de "La embarazada” de Lost, Emilie De Ravin, que aquí borda el papel de Bella; o la siempre genial Ginnifer Goodwin (que ya encandiló a la crítica con La sonrisa de Mona Lisa) como maestra de escuela-alter ego de Blancanieves.
Caperucita enseña su faceta más "salvaje"

No puede faltar en la historia la malvada villana, la Evil Queen, que aquí es la alcaldesa e, irónicamente, madre adoptiva de Henrie, y que le pondrá las cosas muy difíciles a Emma.
Resulta gracioso que los protagonistas de los cuentos que nos contaban de pequeños aquí luchen por llegar a fin de mes o que tengan que lidiar con embarazos el último año de instituto, como es el caso de la pobre Cenicienta, a la que su “amor verdadero” ha dejado tirada al enterarse de que va a tener un bebé. 
Y no hablemos de Caperucita, camarera con pintas de stripper que se pasa el día discutiendo con su abuela y tonteando con todo el que pasa. Y todo esto mientras el príncipe azul está en coma por un accidente. 

Habrá que esperar a que despierte para averiguar como acaba esta historia. Yo ya he visto la temporada entera, y solo me queda decir que estoy ansiosa por ver cómo termina este remix de cuento de hadas y por descubrir qué esconde cada uno, porque en este pueblo, nada es lo que parece.


Inés Gómez (@inesgomezduran)

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